Fred Wilson cita a Robert Thompson, editor del Wall Street Journal, quien decía hace unas semanas que los agregadores son parásitos o la “solitaria tecnológica” en el intestino de internet.

Y continúa:

Me encantan los agregadores porque son la única manera de la que consumo contenidos actualmente. No leo el NY Times directamente, ni el Wall Street Journal, no leo ningún blog visitando su URL, y no veo videos ni escucho música directamente tampoco. Tengo un montón de agregadores que me llevan al contenido que quiero consumir. (…)

Hay tantísimo contenido en Internet que es imposible que consumamos todo lo que nos interesa. Y ninguna gran marca de medios, ya sea el Wall Street Journal o cualquier otro, no puede ni producir el 5% de mejor contenido que yo quiero consumir. Estas empresas de medios solían ser distribuidores y creadores de contenido. Pero ahora mismo ya solo son creadores, y no podrán convertirse de nuevo en distribuidores a menos que se conviertan en la “solitaria” también, en agregadores.

Ver como insultan a los mejores servicios en Internet me hace pensar que no están encaminados en la mejor dirección.

Post completo: Celebrating Aggregation

En cuanto a nuestra relación con los contenidos que consumimos, es curioso pensar en la linea que nos lleva de un periódico a un agregador, como pueda ser Menéame, Facebook, Twitter, los blogs… (los agregadores del mundo real, en contraposición a los agregadores de RSS, que yo creo que siguen siendo territorio geek), y analizar qué añaden estos agregadores para que sean nuestro punto de inicio de navegación, sustituyendo a los propios medios. Se me ocurre:

  • El dichoso filtrado social, esa promesa de juventud que no se llegó a materializar como pensábamos pero que se va imponiendo de una forma mucho más suave y menos sofisticada, pero con una densidad y fuerzas tremenda: el instinto de imitación nos lleva a fiarnos e interesarnos por aquello que le ha interesado a nuestros semejantes. Si es alguien a quien admiramos, nos interesa con mayor intensidad. Consumo sin apenas cuestionar aquello que le gusta a mis amigos.
  • La conversación: los objetos sociales del mundo real son un simple andamio que utilizamos para relacionarnos y mantener conversaciones con nuestros amigos: nos puede gustar una serie o un partido de futbol, pero lo que realmente nos gusta es hablar sobre ello con nuestros amigos. Con los objetos sociales digitales ocurre lo mismo, y si tenemos un sitio donde poder desplegar la conversación con nuestros amigos, mejor todavía. Facebook y Twitter hacen esto de maravilla; compara la experiencia de conversar de Facebook con la un periódico… Cuanto cambiarán las cosas el día que un medio permita crear espacios personalizados de debate teniendo en cuenta tu grafo social.</li>

    • Las conversaciones pasivas: me siento reconfortado cuando se que estoy acompañado. Consumir una noticia en un medio está bien, pero consumir la noticia que han consumido mis amigos es aún mejor. Que alguien referencie un enlace, diga “Me gusta” o haga una valoración, es una indicación de presencia que refuerza vínculos. Esto lo hacen mucho mejor las redes sociales o los agregadores que los propios medios.</ul>