Sí, amigos, es cierto lo que dice la prensa: LADINAMO CAFÉ, “centro cultural madrileño, que edita una revista gratuita y está muy arraigado en el barrio de Lavapiés, tendrá que desalojar el local que ocupan, en régimen de alquiler, a partir del 31 de octubre” (El País, 25/10/07). Según los propietarios del local, el motivo son “las quejas vecinales” por los actos que se llevan a cabo en el centro. “No se trata de todos los vecinos, pero sí de unos pocos”.

Bien, el hecho de que los propietarios hayan ignorado olímpicamente el plan de insonorización propuesto por Ladinamo, nos hace pensar que quizás no se trate sólo de una cuestión de ruido. Buscando respuestas nos hemos enterado de que “nuestros dueños” son la Tercera Orden de San Francisco, una orden religiosa terrateniente, propietaria de gran cantidad de inmuebles en el centro de Madrid. Durante el siglo XIX, mucho después de la desamortización de Mendizábal, la Tercera Orden de San Francisco se especializó en las rentas procedentes de las casas más miserables de la clase obrera y el lumpen madrileño. Como dice el refrán “el dinero de un pobre es poco, pero el que lo desprecia es un loco”.

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