Voy a deshacer un weblog, el mío. También podríamos llamarlo deconstrucción paralela. Las primeras ideas apuntan al centro: para solventar el problema de lo efímero, y para repensar dos veces lo que solo se dice una, a ver si merece o mereció la pena lo dicho.

Dos columnas: una con lo nuevo, con los posts que se vayan añadiendo, en ese orden cronológico inverso al que le tengo tanta manía. La otra, pues la cruz: los posts de este weblog en orden cronológico ¿normal? Del primero al último, vaya. A ver si aguantan. Los que no aguanten no se si los editaré, si escribiré una versión revisada, o si simplemente los borraré.

Una variante del experimento incluye que la columna A, la de lo nuevo, no avance hacia delante, si no hacía atrás. Es decir, que vaya revisando los posts desde el último al primero. De acuerdo con las leyes de la naturaleza, llegaría a un punto, el post meridiano, que se convertiría en el nuevo centro de este weblog. Pero eso me obligaría a mantener un orden e ir uno hacía delante (desde el primero), y otro hacía detrás (desde el último), y no se si eso es demasiado orden.