Uso del.icio.us (a collection of favorites – yours and everyone else’s) desde hace bastante tiempo (el 75 o por ahí) y cada vez tengo más claro de que lo que yo pensaba que era su utilidad principal, a mi no me sirve para nada: cada vez que necesito localizar un enlace que se que he guardado en del.icio.us y voy a buscarlo, no lo encuentro.

Me paso un buen rato probando en este tag, en el de más allá, pero nada, no hay manera. Mi cabeza sabe que tagueé aquel enlace con este tag, pero aquí no aparece nada. Después de un rato, continúo lo que estaba haciendo: buscar en Google.

Sin embargo y a pesar de que este descorazonador episodio se repite cada cierto aleatorio periodo de tiempo, sigo guardando enlaces con una fé ciega (de rebote he dado con la verdadera religión postmoderna, que nos hace confiar nuestros enlaces al Gran Cluster, acudir al templo HTTP y confesarnos con POSTs y GETs).

La “otra” funcionalidad que uso, a parte de esta que no me sirve para nada, es cotillear en los enlaces que se guardan mis deliciosos amigos. Lo curioso es que yo tengo la sensación de que realmente me resulta útil a mí mismo guardarme enlaces, cuando no es así, porque nunca encuentro nada.

Por cierto que durante la labor investigadora realizada para elaborar este post he dado con el equipo que trabaja actualmente en del.icio.us, y me he quedado atónito. A ver tú.