Alvaro Solache escribe en su weblog sobre ciertas funcionalidades de Gmail que le han resultado interesantes. Destaco algunas de las que comenta:

  • Al abrir un mail automaticamente hay un espacio para escribir la respuesta: te ahorras el paso de pulsar para poder escribir (el editor ya está en el mensaje).
  • Los mensajes se agrupan automaticamente por conversaciones y en inbox se muestran en una misma linea.
  • Tiene un diccionario incorporado (en ingles)
  • Los mails de una conversacion se agrupan online; por lo tanto archivar todas tus conversacones automaticamente.
  • Al aplicar una etiqueta a una conversación, se genera un índice con las mismas.
  • Al buscar una palabra clave te muestra los resultados coloreados.
  • Puedes marcar aquellas conversaciones que más te interesen con una estrella; automaticamente se archivan en la carpeta de “Estrellas”
  • Te va generando una lista de Contactos en la que aparecen los mails de las personas con las que conversas normalmente y al cual también puedes añadir contactos.
  • Para sacar del inbox una conversacion simplemente le dices “archivar”.

Esto, que solo serán algunas de las características de Gmail, no son más que un refrito de funcionalidades de diferentes aplicaciones y el acercar funcionalidades de aplicaciones de escritorio a una aplicación web. Están reduciendo esta distancia que hasta ahora era grande pero que tiende a desaparecer (en la dirección contraria, tenemos la integración de herramientas que están en Internet en aplicaciones de escritorio).

No están inventando nada nuevo: han seleccionado lo mejor de cada casa para hacer evolucionar una aplicación, el correo electrónico, que lleva siendo más o menos igual desde hace bastantes años. Lo del “editor que ya está en el mensaje” me recuerda al “añade tu comentario” que tienen las bitácoras; el diccionario incorporado lo hereda de los procesadores de texto; el señalar las palabras buscadas es algo que ya llevaban haciendo mucho tiempo ellos mismos; etc.

Pero si que tiene mucha importancia el cómo combinar y ofrecer ese refrito. Es algo muy simple pero al mismo tiempo muy complejo. El valor de una aplicación no está tanto en inventar nuevas funcionalidades, porque ya está todo inventado (o casi) sino en la acertada combinación de ciertas funcionalidades que hasta ahora han permanecido aisladas, pero que tiene sentido que se integren.