Hoy en día pagamos por muchas cosas con nuestra atención en vez de con dinero. Vemos multitud de horas de televisión a cambio de anuncios; leemos periódicos muy baratos o gratis también a cambio de publicidad; muchas de las páginas web que visitamos tampoco nos cobrán dinero, sino que hacen uso de nuestra atención para generar ingresos.

Algunas de las cosas que intercambias por tu atención tienen cierta calidad. En la televisión de vez en cuando hay alguna buena película, los periódicos todavía tienen algún columnista decente, y hasta algún gratuito sobrepasa por los pelos los límites mínimos de la decencia periodística (aunque eso no exima a la prensa “seria”: algunas portadas de La Razón no desentonorían en Qué y viceversa).

Van surgiendo nuevos espacios en los que gastamos nuestro tiempo (por ejemplo, comunidades en Internet), pero el modelo de intercambio de atención sigue siendo casi exclusivamente el único modelo.

Ante nosotros tenemos una matriz compleja de intereses, aficiones y preferencias estéticas; necesidad de entretenimiento y evasión; facilidad de acceso a los contenidos; el no complicarse mucho la vida después de un día entero trabajando… Factores que intervienen en el hecho de que seamos ávidos intercambiadores de nuestra atención por… mmm, basicamente, cualquier cosa.

Nos llevaríamos un elefante a casa si nos lo ofreciesen a cambio de ver algún anuncio, aunque nunca habíamos pensado en tener un elefante y probablemente ni nos interese ni podamos tenerlo en casa.

Personalmente encuentro que los contenidos que me ofrecen a cambio de publicidad, sobretodo en medios generalistas, no me interesan lo más mínimo. Puede ser por lo generalista, o porque su modelo de negocio acaba pervirtiendo el interés y la ilusión con que un día esos contenidos fueron concebidos.

¿Hay una tendencia que hace que lo gratuito y financiado con publicidad acaba siendo un producto pobre (cuando no nace tarado directamente)?

¿Ejemplos de productos financiados con publicidad y que sean interesantes?