Escenario: trabajo en, por, para, (y a veces contra 🙂 una PYME y llega el feliz día en el que hay que incorporar a alguien más al equipo. Hay que ponerse a buscar.

Empiezas por echar mano de los servicios consolidados, las bolsas de empleo más “tradicionales”: Infojobs y sus seguidores. Te molestas en darte de alta, publicar la oferta, pagarla, y te sientas en tu cómoda butaca a ver como llegan interesantísimos CVs.

Aquí suelen ocurrir dos cosas:

  • has planteado tu oferta de forma muy genérica y llegan muchos, demasiados CVs. Entonces cierras un poco más la oferta e incluso pones algunas preguntas filtro (y te pasa como a mí, que pones varias respuestas, todas incorrectas, y solo un candidato de más de diez se atreven a escribir diciendo “todas las respuestas son incorrectas”)
  • has planteado tu oferta de forma realista (o es que necesitas a alguien muy específico), y no llega ni un solo CV

Por el camino, como ves que no llegarás muy lejos con esta metodología (no dudo que habrá a quien le sirva, a mi solo me ha servido con resultados satisfactorios un 10-15% de la veces que hemos contratado a alguien), empiezas a probar otras formas:

Piensas en personas de tu entorno que podrían conocer a alguien que se ajuste al perfil y mandas algún email; publicas la oferta en tu blog; lo mandas a sitios acordes al target (Barrapunto si buscas programadores, por ejemplo); twitteas que buscas a alguien...

Y el método supremo: esperas a que se produzca una conexión inesperada (es una espera activa, claro está, pero el componente de casualidad tiene muchísimo peso, unido a las conexiones sociales-personales).

Para muestra un botón: justo esta tarde hemos contratado a una persona que es la hermana de una amiga de la hermana de la novia de una persona de la oficina (si, hay varios hermanos en la ecuación, no es un error de transcripción). No son cuántos grados son estos, me pierdo contando…

En mi caso todo esto suele ser lo que mejor funciona: conexiones personales y casualidades.

Pero todo esto provoca una ineficiencia en la gestión de estos perfiles. Hay CVs que te llegan a una cuenta de correo, otros a otra, otros te llegan por Skype, otros son una URL a un perfil online… No me dedico a RRHH pero me vendría estupendamente tener ordenaditos todos los CVs que he ido manoseando con los años.

Creo que hay espacio para una nueva categoría de producto: un sistema para hacer una gestión personal de los CVs. No desde el punto de vista de los RRHH tradicionales de una empresa, en la que todo bascula en los ejes empresa-oferta-candidato, sino desde un punto de vista personal, en el que yo conozco a una persona (puedo ser yo mismo) que necesita un perfil determinado. O yo conozco a gente que sabe hacer ciertas cosas, cosas que en un momento dado pueden ser de utilidad para gente que conozco.

No se trata de que todos nos convirtamos en mini-gestores de recursos humanos, sino de disponer de una herramienta que facilite y potencie esas dos cosas que tan bien funcionen: las conexiones personales y las causalidades.

¿Cómo? Buena pregunta. Pero me imagino una capa de funcionalidad encima de Facebook que permita circular este tipo de información, o un cruce de LinkedIn con todo lo social que nos da Facebook.

Además, incidiendo en lo social, esta herramienta también tendría una sección de reviews sobre empresas. Un 11870 o un Ciao con opiniones sobre empresas, pero desde el punto de vista de trabajar para una empresa. Se hablaría de lo agradable o no de trabajar allí, la calidad de los jefes y compañeros, el tipo de trabajo, los proyectos…

Y como una cosa así en plan abierto sería una locura y un descontrol, de nuevo añadimos la capa de amistad y la identidad como mecanismo para el autocontrol: tú solo verías las opiniones que dejen tus amigos (y un segundo grado, tal vez). Si todas las opiniones van firmadas, y si son tus amigos quienes van a leerlas, te preocuparás de dar comentarios con valor y comedidos.

Creo que una cosa así acabará por llegar… ¿Alguien se viene a Long Bets a apostar para dentro de 10 años?