Uno de los temas en la agenda furilo es el software libre. El software libre como crisol que contempla, da cobijo e inspira una serie de temas interrelacionados y que, en mi humilde opinión, tendrán mucha influencia en como se moldeará el mundo en el futuro (uh!).

El software libre como conciencia, y que da pie a una serie de principios éticos/morales que la gente o los colectivos pueden adoptar, o no. El software libre como inspirador y detonante de la aplicación de esos principios que lo motivan a otras esferas de la sociedad. El software libre como filosofía vital.

El código es ley

En nuestro mundo (brecha digital para otro día) el código es ley.

ny194.jpgNuestro comportamiento en sociedad está regulado bajo diferentes mecanismos: hay reglas escritas (todo el conjunto de Leyes), otras no escritas (los usos sociales o costumbres – ej: nunca se te ocurriría presentarte desnudo en la boda de tu hermana), y reglas que vienen marcadas por el entorno: si vas en una silla de ruedas, no puedes subir unas escaleras.

No está regulado por ley que si vas en una silla de ruedas no puedas subir unas escaleras, ni es un uso social, pero es una realidad física. Y en muchas ocasiones las realidades físicas nos obligan mucho más que la ley con el castigo más grande del mundo.

Es algo en lo que no reparamos demasiado: las reglas que nos obliga a seguir la arquitectura del mundo físico. A veces caemos en la paradoja de quejarnos solamente de las prohibiciones explícitas planteadas por leyes, pero no solemos cuestionar las prohibiciones implícitas que se derivan del diseño de barrios, ciudades, carreteras… que pasan de forma silenciosa pero muchas veces pesan más.

Nuevo mundo

Se puede decir que hasta ahora vivíamos fundamentalmente en un mundo físico (dejando a un lado a esos que se pasan todo el día en las nubes :). Poco a poco muchas de las cosas que antes hacíamos de forma física, ahora las resolvemos de forma digital: comprar un billete, escribir una carta o un mensaje, realizar una gestión… tareas que antes exigían ir a un sitio (y subir una escalera), ahora las podemos resolver delante de una pantalla.

Cada vez nos afectará menos la arquitectura del mundo físico, pero empezará a afectarnos más la arquitectura y el diseño de ese mundo digital. Igual que reglas físicas no escritas nos condicionan (la escalera y la silla de ruedas) hay un montón de reglas digitales que nos afectarán. Por eso el código es ley.

La manera en que esté diseñado el software y la infraestructura de las redes de comunicación que nos permiten movernos en el mundo digital condicionarán las cosas que podremos hacer, y a quien tendremos que rendir cuentas para hacerlo.

¿Leyes propietarias?

¿Te imaginas que la redacción de la Constitución o de la Declaración Universal de los Derechos Humanos estuviese a cargo de una empresa privada?

Nos parecería inconcebible: damos por hecho que tales cosas son fruto de un esfuerzo colectivo de las personas (vía unos representantes elegidos de forma colaborativa).

El software libre es la redacción de forma abierta y colaborativa de todo ese código informático que nos afectará en igual medida (o mayor, quien sabe) que las leyes. Las leyes tienen que ser abiertas, transparentes, consensuadas… Es algo que damos por hecho. Si el código va a tener tanta importancia como una ley, o será la nueva ley, también esperaremos que sea abierto, que todo el mundo pueda comprobar como funcione, que esté disponible para todos… Esto es el software libre.

Siguiente parada: la cultura libre.